“La Fe De Los Perdedores”

|
Sé que su amor duró lo que resiste un orgasmo,
Como también supe que hay un revólver en su voz
que gatilla adioses de los secos, esos que no duelen
pero que dejan esquirlas tendidas en canciones bobas
de subscritores afligidos que le hablan a los solitarios.

Una cerveza nocturna no te entrega la solución buscada.
Dos, provocan que te rías de tu propia abatida situación.
Y tres, son un futuro campanazo de dolores estomacales,
que te van a despertar como un arrorró oxidado en tu cabeza.
Y no por sentimiento de amor perdido, más bien por ermitaño

Inclusive sus medias rotas erotizaban -si tan solo la vieran-
y hasta la gracitud en su pelo la hacía brillar jubilosa.
Pero no a lo Sarkany, sino de una manera más ordinaria,
como de esas doncellas naturales de bajo presupuesto.
Aún así, fui quien vio la angustia pegada en su sonrisa.

La suerte –aprendí- es una mandíbula dislocada en una batalla ganada,
o comportarse como un infante y seguir manteniendo a la chica.
Y te brindo con un vodka caliente, mujer, por la fe de los perdedores,
por la ansiedad de los pacientes y por la luna llena de los ciegos.
¿Te sirve? ¿o tengo que seguir bailándote como un sonso?

En ella no se escuchan los sonidos de estuches de maquillaje,
pero si de zapatillas sacudirse desde una ventana enrejada.
No se ven vestidos caros de vidrieras de shoppings,
sólo sueters tejidos a mano por alguna abuela materna.
Teorizando que la preciosidad no es cara como en la televisión.

Dedico estos versos a Eugenia Cobain. Gracias por tu apoyo siempre

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por la dedicatoria! Con ese talento y esa simpatía es fácil apoyarte. Un beso, amigo!!

Fabiana dijo...

La descripción de una mujer común. Ni más ni menos.

La gente no es como muestran en los medios. Somos de carne y hueso.

Besos.